18.10.06

las fumadoras



tengo una gravísima noticia que anunciar: diego dejó de fumar. mi alma ha sido invadida por sentimientos de tristeza inexplicable, de añoranza por el pasado que es tan cercano como el jueves pasado. diego dejó de fumar, el final de una era. la historia de porque diego fuma, de cómo todo comenzó, se remonta al principio de nuestra historia misma.

yo fumo desde que nací. para ser más exactos, fumo desde que tengo quince años, lo cual me hace un fumador desde hace ocho años. ya fumaba cuando conocí a diego, o mejor dicho, cuando a el se le bajaron los humos y decidió hablarme. el no fumaba, era un niño bueno. pero se junto conmigo, que soy hijo de un chacal, y se dañó. en mi defensa, siempre le negué los cigarrillos o las cachás, siempre diciendo que el no fumaba, que no debía comenzar. siempre lo protegí.

fue ahí que me fui de mi país natal, en lo que sería mis primera estancia corta en la tierra de tío sam. y cuando regresé, un poco más de dos meses después, me encontré a un diego fumador. para mi sorpresa, nuestros amigos me responsabilizaron por su nuevo vicio. lo dije antes y lo diré siempre: yo no estaba en el país. no entiendo cómo puede ser mi culpa si yo no estaba aquí para alentarlo, y nunca lo hice vía telefónica o de correo electrónico. pero era mi culpa, y a estas alturas, lo sigue siendo.

diego se tomó lo de fumar bien a pecho, y en menos de tres meses ya fumaba como camionera. yo fumaba como camionera también, pero después de cinco años de experiencia. a cada rato estaba fumando, se forzaba a fumar básicamente. me resigné a esto, y de hecho, lo acepté con mucha alegría. ahora tenía un “smoking partner”, y éramos dos para defendernos de los insultos y solicitudes pusilánimes de otras personas que eran la misma siempre: deja de fumar. nos prometimos convertirnos en patty y selma: las solteronas fumadoras que viven juntas. y nos tomaríamos de la mano en el hospital cuando sufriéramos de enfisema, y moriríamos al mismo tiempo de cáncer pulmonar.

la vida es sueño, y los sueños, sueños son.

ahora patty dejó de fumar por, estoy seguro que lo habían adivinado, un hombre. siempre es lo mismo, un hombre me cambia a mis chicas por siempre. y ahora volví a fumar solo, a esconderme en esquinas, a no tener plática amena en mis momentos de humo. y lo peor es que ahora la gente tiene ideas de que deje de fumar: nos dividieron y ahora quieren vencer. pero me niego. no, y repito, no voy a dejar de fumar. me niego a que la cultura gringa se me imponga y que decida el destino de mis pulmones. este es quien yo soy, y no hay más nada que discutir. diego y el resto del mundo puede dejar de fumar, los cigarrillos se pueden poner a veinte dólares la caja, y yo no dejo de fumar. al final, soy químico-voy a morir de cáncer de una forma u otra. prefiero saber que mi cáncer vino de mis cigarrillos a estarme continuamente preguntando cual de todos los químicos con que trabajo fue el responsable.

y ahora, por favor discúlpenme, que me voy a degustar mi cigarrillo usual de las nueve.

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