28.4.08

ennui, o aburrimiento del grande



bajar por la misma calle todas las mañanas vistiendo una camisa de cuadros y tomando un café. en la esquina la misma mujer mexicana, como ayer y como mañana, me dice buenos días, a lo que contesto con una sonrisa forzada. no es su culpa. últimamente todas mis expresiones faciales son forzadas.

las mañanas, como siempre, son las más difíciles, puesto que contemplo, como desde el tope de una montaña, la inmensidad de el día que me toca vivir, y cuán lejos está el desenlace del mismo. las horas pasan, transcurren, y yo estoy en mi escritorio viendo como uno a uno puedo tachar los supuestos mejores días de mi vida.

recurro, a menudo, a intentar entretenerme, que no es más que cancelar el tiempo de una forma amena que evita notar lo lento que transcurre todo. últimamente mis métodos preferidos pecan de aburridos. faltos de novedad, comienzo a intentar absorberme en los mismo pero en quince minutos pierdo el interés. resulta que estar aburrido, aunque no entretiene, quema horas, días, semanas. o más específicamente, estar aburrido ha quemado dos meses de mi vida.

el fin de semana que acaba de pasar me propuse desaburrirme. desaburrirse es un concepto nuevo en el cual reconoces que entretenerte es improbable y te conformas con algo, cualquier cosa, que te haga no estar aburrido. es como beber para olvidar las penas.

el viernes salí a cenar, y terminé comiendo lo que siempre como. mi culpa, soy un animal de costumbre. me acosté antes de lo usual con tal de que mi cuerpo pudiera desaburrirse en el sueño. terminé soñando todas esas fantasías que tengo desde los quince años, una detrás de la otra. me levanté aburrido.

el sábado el mengano escogió una película que prometía entretenida. rodeado de extraños en un cine, no solo estaba aburrido si no que también me sentía fuera de lugar, puesto que era el único que no reía al borde de un ataque cardíaco.

el domingo fui a una exposición en una galería en donde todas las pinturas se parecían, todas las esculturas eran copias una de la otra, y las instalaciones me recordaron instalaciones que estudié como subgraduado.

todos los libros de milan kundera me recuerdan a otros libros de milan kundera. todos los poemas de pessoa me recuerdan a otro poema de pessoa. no hay nada nuevo, nada que me entretenga, o desaburra por lo menos.

en la tarde regresaré a mi casa en el camino de todos los días, y me aburriré del mismo panorama, de ver la misma gente.
la piel se me desintegra para poder escapar en un gran grito de ennui.

foto tomada de bluejake.com

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